Siguiendo con el viaje por a Costa da Morte nos paramos en Camariñas. Esta vila es famosa por los encajes de bolillos. Las mujeres que trabajan estos encajes se llaman palilleiras y hacen auténticas maravillas.
Nos hospedamos en el hotel rústico Lugar do Cotariño un hotel con mucho encanto, cuidado con mucho detalle y situado en una zona privilegiada. Desde allí se puede ir caminando hasta el Faro Vilán, un paseo de unos 3 km. que discurre entre aldeas, bosques y prados verdes.
De paseo por el puerto de Camariñas al atardecer, las barcas de pescadores regresan con el pescado.
En febrero no hay turistas y se puede recorrer con tranquilidad la costa aún virgen y salvaje, disfrutando de sus playas solitarias.
El Faro do Cabo Vilán empezó a funcionar en 1896. Cuando entró en funcionamiento, era uno de los mayores faros de Europa. Un lugar que no puede pasarse por alto al visitar esta zona.
Los famosos hórreos. Aquí guardan el maíz, el grano, las cebollas, los embutidos, etc...
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