Mi experiencia con los gorilas de montaña

02 julio 2009

La visita a los Gorilas en Uganda, ha sido quizás uno de las experiencias más emocionantes vividas en mis viajes.

Para poder ver estos primates, se necesita un permiso especial de las autoridades locales. En ese momento costaba 300 dólares, aunque en la actualidad se ha incrementado el precio y las restricciones para verlos son mucho mayores.

La aventura comienza en Bwindi Impenetrable National Park. Un lugar increíble con una vegetación exhuberante, inscrito por la UNESCO en su lista de Patrimonio Mundial de la Humanidad.

Una vez asignados los grupos de gorilas a visitar, tras unas breves explicaciones, normas de seguridad y datos de las especies, nos dividimos en grupos de 8 personas. Nos toca el grupo de gorilas RUSHEGURA. Este grupo se compone de un Silverback o macho adulto 5 hembras y dos crias una de más 4 años y la otra menor.

Los gorilas se encuentran en diferentes lugares de la montaña y su búsqueda dependiendo del lugar en donde se hallen en ese momento, puede entrañar gran dificultad. Si tienes la mala suerte que están muy arriba, puedes estar todo el día caminando. Hay que ir bien equipado con comida, guantes, vestimenta adecuada y estar en buena forma física.

Normas de seguridad :
- No mirarlos a los ojos (Siempre adoptar pose de sumisión)
- No correr si nos atacan
- No tocarlos
- No acercarse más de 5 metros
- Moderar el tono de voz

Comenzamos a subir por la montaña y el camino es de fácil acceso. Pronto nos indican que debemos dejarlo para adentrarnos en el bosque. La visibilidad se vuelve cada vez menor debido a la espesa vegetación.
Ya empezamos a sentirnos cansados cuando los guías nos hacen la señal de dejar todo lo que llevábamos en el suelo: cámaras, mochilas, etc. Los gorilas estaban cerca.
Subimos un poco más arriba y justo en medio del camino fronterizo Congo-Kinshasa nos los encontramos. Eran enormes. Nos miraban pero no nos hacían mucho caso. De pronto al ver que no mostraban signos de agresividad, nos volvimos todos locos buscando las cámaras para inmortalizar el momento.
Permanecían impasibles. Daba la impresión que ya conocían a nuestros guías y se mostraban indiferentes. Les hicimos fotos y posaban como si fueran modelos. Jugaban, saltaban, rompían ramas, comían, gritaban...
Una de las hembras con su cría
No recuerdo el tiempo que permanecimos allí y no queríamos marchar.



Silver back (espalda plateada) es el macho adulto del grupo.

2 comentarios

  1. Hala, qué pasada. No sabía que habías ido a ver a gorilas. Y no sabía que los veías de tan cerca. Debe ser una experiencia increíble.

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  2. Sí,es una auténtica pasada. Normalmente no dejan acercarse tanto pero tuvimos mucha suerte porque estaban muy tranquilos ese dia. Impresiona muchísimo verlos. Ahora no es tan fácil ya que lo tienen todo más controlado. Recuerdo que cuando ya nos marchábamos, pasaban unos soldados congoleños por el camino y los gorilas se enfadaron. ¡No veas como gritaban!, Suerte de los guias que venían con nosotros, que al conocerlos (a los gorilas), saben como tratarlos y lograron calmarlos. ¡Pasamos un buen susto! no por nosotros, sinó por los soldados. Es un lugar verdaderamente increíble por la diversidad de vegetación que hay. Uno de los lugares más bonitos que he visto.

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